A pesar de todas mis vivencias, de todo mi caminar, de lo vivido, lo soñado, lo sufrido, lo aprendido y aún en esos momentos de mayor necesidad en donde el dolor parecía sacudir y mi alma estrujar, no he estado sola. Aún en mi soledad y en mi mayor dificultad, he tenido a Alguien a mi lado, Alguien mayor de cualquier debilidad que mi ser pudiera manifestar. Ese es mi Padre. Mi Dios. Mi Salvador, quien me sostiene y me favorece y por Él aún continuo mi caminar
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